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sábado, 24 de septiembre de 2016

LA POLÍTICA Y LOS TENDEROS




Hay mucha política de pequeño tendero en el debate de Podemos.


 Se plantea aparecer "duros" o "blandos", "moderados" o "radicales", como si se tratase de ofrecer la mejor etiqueta para "seducir" al público (por emplear esa horrible expresión atribuida a los llamados "errejonistas"), como si se tratara de "vender" una marca, un perfume o un jarabe. 



Lamento decir que quienes dan más la nota en esto, son los llamados "errejonistas". 



No importa el fondo, no importa cuál sería la manera más cierta de resolver los problemas sociales que nos afectan a la mayoría, no importa conocer de verdad cómo funciona esta sociedad y a qué intereses sirve, se trata -aparentemente- de usar un envoltorio "chic", no importa el contenido que tiene la botella.



No, compañeros, ningún cirujano puede operar exitosamente a un paciente sin conocer las causas del mal, sin conocer la disposición de los tejidos corporales, ni el sentido de la circulación sanguínea. 



Ningún alfarero puede moldear un barro sin conocer sus propiedades, textura, absorción de humedad. etc.



No se trata de "vender" una marca, se trata de transformar exitosamente la sociedad a favor de la "mayoría social" (otra expresión horrible de la nueva izquierda), de las familias trabajadoras, de los que sufren y trabajan, o quieren hacerlo. 



Frascos de apariencia "agradable" como Syriza (con mayorías de apoyo inicialmente aplastantes) no sirvieron al final para hacer esa transformación y terminaron convirtiéndose en instrumentos de las políticas que venían a combatir.



Los llamados "errejonistas" razonan de manera formalista, piensan que la gente no cambia, que no aprende, que referencias o posiciones "radicales" les asustan "per se".
 


La gente necesita una explicación coherente y realista de por qué las cosas funcionan y se desenvuelven de una manera y no de otra, de por qué un programa socialista que coloque la economía al servicio de la mayoría -con la nacionalización de las grandes empresas y monopolios bajo el control de la clase trabajadora- es la única que puede solucionar nuestros problemas, que debemos alentar una política internacionalista para estimular movimientos políticos similares en el resto de Europa, y más allá.



Si necesitamos ser "duros", "radicales", de izquierdas, y situar en el centro de nuestras políticas a la clase trabajadora, no es por "vender" más exitosamente un proyecto político, es para ofrecer la única opción realista para transformar exitosamente la sociedad. La quimera es pensar que basta con llegar al gobierno para controlar los resortes del poder. 




Quienes sí confiamos en la "gente", estamos convencidos de que quienes hoy no nos creen, nos creerán mañana, que la gente aprende de su experiencia, y si defendemos nuestras ideas con convicción ganaremos una mayoría decisiva en la clase trabajadora y demás sectores populares postergados.





La política evasiva, oportunista, cortoplacista no sirve, es un cuchillo sin filo es lo que "genera más incertidumbres que certezas" (otra expresión favorita del compañero Errejón). 





Como dijo alguien: "quien esconde su alma a los demás, al final termina por no encontrarla".




 David Rey


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