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lunes, 11 de diciembre de 2017

Militares, diplomáticos, políticos… Las puertas giratorias de Indra


 
Indra es la principal contratista de la industria armamentística nacional y la única española que figura en el top 100 de compañías militares del mundo, aunque sus negocios abarcan sectores tan lejanos en apariencia como el de la energía, los servicios electorales y los medios de comunicación.


 Indra, dios del cielo y la lluvia en la mitología védica, también es una de las empresas del Ibex 35 con mayor apetito por los altos cargos militares y políticos, principalmente del Ministerio de Defensa. 


 Las puertas giratorias de Indra no son tan conocidas como las de otras compañías del selectivo español. Indra presta especial atención a personalidades de la segunda línea del poder, desde secretarios de Estado hasta tenientes generales de las Fuerzas Armadas, algunos de los cuales han diseñado la lista de la compra del  Ejército español. Rostros sin rastro en las hemerotecas.


La industria militar es especial. El Estado tutela parte de su negocio para evitar que, por ejemplo, el enemigo se adueñe de la tecnología bélica. Como contraprestación, favorece la contratación de estas empresas y, con ayuda de asesores, directivos y consejeros procedentes del estamento castrense y político, se crean nuevos acuerdos e incluso subsidios para investigar y desarrollar productos y servicios que después compra el Estado.


A principios de noviembre, Indra anunció que había aumentado su beneficio en un 76%. La privatización de la empresa se fraguó en 1993, con Felipe González al frente. Sin embargo, el partido con más puertas giratorias en Indra es el PP. El pasado 15 de noviembre, una investigación reveló que el gobierno de Esperanza Aguirre había pagado 2,9 millones de euros a Indra por unos servicios electorales que ya había abonado Interior. Desde Indra señalan que a la hora de fichar a “personas políticamente expuestas”, se ciñen a la ley y a sus normas internas de contratación. A continuación, recogemos una selección de figuras ligadas a la política y el ejército que estuvieron o están a sueldo de esta empresa. 


Felipe González
El expresidente socialista fue asesor del antiguo presidente de Indra, Javier Monzón, que se puso al frente de Indra en 1993, con González aún en La Moncloa. Precisamente fue durante el último mandato del presidente del PSOE cuando el Estado autorizó la fusión de Inisiel (pública) y Ceselsa, de la que nació Indra. Antes de abandonar la presidencia, el gobierno de Felipe González autorizó una ampliación de capital en la compañía que, en la práctica, supuso su privatización.


Pablo González Romero
El hijo mayor del expresidente es “un elemento clave para cumplir los objetivos pretendidos”, según Indra, que le otorgó un contrato blindado de 375.000 euros. Pablo González era dueño de Oyauri Investment, empresa de servicios informáticos en la nube con una actividad moderada, y que dio lugar a un episodio que todavía genera dudas: Felipe González compró el 10% de Oyauri por 376 euros en 2011, y un mes después Indra compró el 33% de Oyauri por 1,5 millones de euros, disparando así el valor de la participación del expresidente de 376 a 310.000 euros.


Fernando Abril-Martorell
El presidente de Indra (en el cargo desde 2015) fue consejero delegado de Grupo PRISA, Telefónica  y Credit Suisse para España y Portugal.  Su hermano, Joaquín Abril Martorell, fue miembro destacado de UCD y secretario de Estado de Transportes e Infraestructura en el gobierno de Aznar. Desde su llegada a Indra ha despedido a más de 17.000 personas pero en 2016 ingresó un total de 1,91 millones de euros (un 45,5% más que el año anterior). Su padre fue vicepresidente del Gobierno, ministro de Economía y ministro de Agricultura en el gobierno de Adolfo Suárez.


Josep Pujol Ferrusola
En 2001 Indra compró por 44 millones de euros Europraxis, compañía participada por Josep Pujol, hijo de Jordi Pujol. El juez José de la Mata y la UDEF investigan si el dinero desembolsado por Indra fue muy superior al valor real de Europraxis y, por tanto, pudo haberse tratado de un pago encubierto de comisiones para la familia Pujol a cambio de contratos de la Generalitat, por entonces presidida por Jordi Pujol padre. Acto seguido Josep Pujol comenzó a trabajar para Indra –400.000 euros al año de sueldo base–, que lo destinó a Miami. En 2016 fue despedido.


Consulta la lista completa de puertas giratorias de Indra haciendo clic aquí o entrando en la web de #YoIBEXtigo.


 José Bautista | La Marea





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