El juez ha rechazado la demanda de difamación del Loro Parque, en la que el parque solicitaba 100.000 euros en daños a PETA, después de que el grupo por los derechos de los animales publicase fotografías en 2015 en las que se mostraba a orcas marinas cubiertas de cicatrices y heridas. Otras imágenes muestran severo trauma dental, el cual las orcas en cautiverio a menudo desarrollan tras mordisquear paredes y rejas.


El Juzgado de Primera Instancia de Puerto de la Cruz elude la demanda al considerar que la difusión de las fotografías se fundamenta y están protegidas bajo el derecho constitucional de libertad de expresión. Por esto mismo, se ordenó que la empresa pagase los gastos legales de PETA en el proceso judicial, como ha informado la propia organización


Además, el juez también considera que la difusión de las fotografías se enmarca dentro de las investigaciones realizadas por PETA que argumentan que las orcas sufren en cautiverio en el parque temático. 


Así mismo, la directora de programas internacionales del grupo por los derechos animales, Mimi Bekhechi ha declarado que "decir que las orcas sufren en los tristes tanques de Loro Parque, es preciso, no difamatorio" y que con sus denuncias "PETA extiende un llamado al parque marino a que deje de intentar ocultar el sufrimiento de estos animales, y comience a trasladarlos a santuarios marinos". 


"Decir que las orcas sufren en los tristes tanques de Loro Parque, es preciso, no difamatorio"


PETA, cuyo ideario se basa en que "los animales no son nuestros para usar como entretenimiento”, argumenta que los animales usados en parques son, a menudo, separados de sus familias, privados de la libertad de nadar grandes distancias y obligados a hacer trucos.


 Al reconocer que las necesidades complejas de las orcas y demás delfines, no pueden ser cumplidas dentro de tanques, legisladores en todo el mundo están actuando para terminar con el cautiverio de mamíferos marinos.


Tan sólo este año, Francia y California prohibieron la crianza de orcas. Países como Chile, Costa Rica y Croacia han prohibido el cautiverio de cetáceos, mientras que otros, como Brasil, India, Nicaragua y Noruega, tienen estándares muy estrictos que hacen de su práctica, algo casi imposible.


 El último delfinario del Reino Unido cerró hace más de 20 años.