Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


lunes, 7 de agosto de 2017

Cuando el dedo señala la luna ¿Hacia dónde hay que mirar?

kepa


 



Hace unos días leía en las redes que un líder de EH Bildu perteneciente a EA y defensor de la ertzaintza como cuerpo policial legítimo de los y las vascas se mostraba contrariado por la aparición reciente de pintadas en denuncia de la muerte del preso político Kepa del Hoyo en las cárceles de exterminio españolas. Supongo que no será el único. 


Alegaba que llenar de pintadas las paredes no atrae a la sociedad vasca para apoyar la lucha en favor de los derechos de las personas presas.


Hace unas horas, aún con la muerte de Kepa muy presente y la hospitalización del también preso político Juan Mari Etxabarri, la ertzaintza (que por cierto es una máquina de crear presos y presas) entraba en el recinto festivo de las fiestas de Gasteiz con el objetivo de arrancar y llevarse fotografías de presos y presas políticas de varias de las txoznas.
 

Sin salir de Gasteiz, hace poco también se conocía que la ertzaintza aplicaba la ley mordaza al medio de comunicación popular Hala Bedi a modo de extorsión.


Hay que decir que han sido muy pocos los regímenes fascistas que han perseguido por ley las meras fotografías de represaliados y represaliadas. Ni siquiera en la Palestina de hoy en día se conoce cosa parecida. Y es que una cosa es encarcelar o matar, pero solo los sistemas y cuerpos policiales más despiadados además torturan o persiguen el recuerdo de la imagen en una fotografía.


Cabe recordar que en nuestro país faltan unos cuantos medios de comunicación que fueron arrasados por políticos, jueces y policías desde Egin, pasando por Egunkaria, hasta Ardi beltza, Gazte Sarea, Basque-red, Apurtu etc…


Hoy es el día en el que también decenas de jóvenes tienen que pasar por los juzgados por escribir simples tweets, cosa que tampoco es demasiado conocida ni en los regímenes más represivos.


La libertad de expresión y de prensa en Euskal Herria es pura ciencia ficción desde hace demasiado tiempo. Cualquiera puede ser detenido de forma arbitraria por un simple comentario, por decir cosas que están prohibidas, por escribir algo o recordar a alguien.


Y todo siempre en función de una estrategia que solo busca objetivos políticos injustos relacionados con la opresión nacional y social de Euskal Herria.


En este contexto, lo raro sería que no hubiera ninguna pintada. Sería entonces una expresión de derrota por inanición y de aceptación del orden de las paredes mudas como en las dictaduras.


 Mientras que el monopolio de la información siga estando en manos de la burguesía y del dinero, mientras los entes públicos sean un chiringuito endogámico de burócratas de partido, mientras que no exista libertad de expresión y prensa, y la represión y la amenaza campen a sus anchas, lo preocupante sería que no hubiera una sola pintada en ninguna pared de Euskal Herria.


No conozco a nadie que porque aparezca una frase o una idea escrita en una pared se haga inmune a poder defenderla. Y sí se conoce en cambio que un entorno reivindicativo en todas sus formas es una base en gran medida propicia para dar forma a un contexto donde se potencie la rebeldía si todas las formas de lucha y comunicación van haciendo su trabajo


Sin minusvalorar que atraer más a la sociedad vasca para apoyar la lucha en favor de los derechos de las personas presas nunca está de más, en este caso concreto, a la dispersión se le venció hace mucho tiempo, al menos en el sentido de que una mayoría social la rechaza. Han habido movilizaciones masivas, declaraciones institucionales, iniciativas de todo tipo durante años y años.


El problema básico es que eso no es suficiente para que termine. Ya que la acumulación de fuerzas si no hace fuerza no sirve para nada. Hacen falta métodos de presión para conseguirlo. Para quebrar el orden y la normalidad que hace la dispersión cotidiana. Entiendo que esa rotura del orden a escala modesta es la intención entre otras cosas, del que realiza una pintada.


La cuestión es cómo elevarlo a escala general y global para hacer imposible por ejemplo que la dispersión se mantenga. Lo que entonces lleva a preguntarme si las reticencias ante unas pintadas lo son por dudas legítimas de cara a conseguir objetivos o por una necesidad de mantener el orden.


 Mas teniendo en cuenta que la ertzaintza es precisamente uno de los agentes encargados de ello. Del orden injusto, claro está.


No hace falta que los políticos se manchen con spray. Sería suficiente para empezar que no pacten o intenten pactar ni cambien cromos con formaciones que aplican la ley mordaza, crean más presos y presas y retiran sus fotos.


Sería al menos un método de presión y así no estarían tan relajados para hacer o deshacer mientras la represión y dispersión se mantiene.


 https://borrokagaraia.wordpress.com/2017/08/06/cuando-el-dedo-senala-la-luna-hacia-donde-hay-que-mirar/





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