Solo
a un ayuntamiento gobernado por pantuflos insensibles se le puede
ocurrir sacar
un cartel anunciador del Festival Internacional del Cine de Las Palmas
con imágenes de grandes simios. Una institución que acaba de aprobar una
normativa
que prohíbe los espectáculos con animales, pero que permite y potencia
un
acuario en suelo público a coste cero, la nueva cárcel de animales
marinos del
feriante propietario del desprestigiado y denunciado internacionalmente
zoológico
Loro Parque.
Este
grupo de gobierno que se autodenomina “del cambio”, integrado por
PSOE-Podemos-Nueva
Canarias, se saca de la manga una publicidad vergonzosa, que contribuye y
colabora con el tráfico y la extinción de nuestros hermanos genéticos,
con su
ridiculización, tergiversación ante la sociedad de sus comportamientos
naturales, sobre todo ante las niñas y niños, que pueden pensar que
estos seres
inteligentes pueden ir vestidos, usar una cámara de fotos, ponerse ante
un micrófono, aparecer con unos auriculares, realizar absurdos gestos
y piruetas desnaturalizadas o directamente comportarse como los seres
humanos.
Los
chimpancés, bonobos, orangutanes y gorilas merecen ser respetados, jamás
utilizados en ridículas campañas publicitarias para anunciar cualquier evento,
están sufriendo la extinción sistemática, la deforestación de sus selvas, la
caza incontrolada, la tortura en laboratorios de experimentación y circos, la
cautividad en zoológicos y colecciones privadas de todo tipo de mafiosos.
Cada
uno de estos simios que utiliza el ayuntamiento de Las Palmas para su cartel del
festival de cine tiene detrás una historia dramática, en muchos casos para
capturarlos los traficantes asesinan a toda su familia ya que al ser seres
comunitarios defienden hasta la muerte a sus pequeños.
Otros
han nacido ya entre las rejas de las jaulas de los criminales mercaderes, son
sometidos a todo tipo de malos tratos, adiestramiento a base de golpes para que
se comporten como humanos, para que hagan sus mismas estupideces, como en este
caso colocar sus ojos ante el objetivo de una cámara.
No
entiendo como ninguna organización ecologista de Canarias, ni siquiera el círculo
animalista de Podemos, si es que sigue existiendo, se haya manifestado en contra
de esta nueva aberración contra los derechos de nuestros compañeros de planeta.
Solo el Proyecto Gran Simio lanzará una campaña en unas horas para denunciar en
todo el mundo que este ayuntamiento y sus gobernantes son colaboradores
directos de los traficantes de animales, en este caso de unos seres de los que apenas
nos separa un cromosoma, que merecen tener los mismos derechos universales que disfrutamos
los seres humanos.
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