Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


miércoles, 29 de marzo de 2017

EL TIMO DEL PISITO


De los mismos creadores de los inmortales y grandiosos timos del Tocomocho, la Estampita, el Antenista, el Biberón, la Gürtel, el Stradivarius, el Nazareno y las Farsas Moneas, nos llega ahora el timo del Pisito, que tiene su origen en otro timo más serio y de mayor calibre: el timo de la Democracia Española.


El timo del pisito consiste en que un nota de terno cursi, peluco colorao y parla selecta se mete en política para guindarse al personal. Como tiene todo el arte del mundo para chamullar en caliente y camelar por lo fino, amén de muchos colegas en el partido y en la durindaina, en cuanto ve la ocasión se atreve con un pisito relumbrón y céntrico, aunque el pisito sea de los mismísimos picoletos.



El tanga de turno, que va de la mano del doble -en este caso el gancho-, aporta una quel prestada por el mismo gancho y convence al jefe de los cigüeños para que se la cambie por el pisito relumbrón, para eso pía de lo lindo y tiene leyes y papeles que te cagas: que si la patria, que si la Benemérita, que mi obsesión por salvar “vidas humanas”, que si rulo por Madrid de hostal en hostal… Un poeta. Y el jefe de los cigüeños, conmovido, tramita el papeleo. Entonces los manguis tiran de la chequera y empieza el segundo acto, que es donde está la sopa: el timo de la Reforma. Cerca de nueve millones de leandras en calefacciones, armarios, pinturas, tarimas flotantes de roble… dabuten.



El punto flaco de este timo es que algún humedoso se vaya del grilo y la líe. Si esto pasa, el nota del peluco colorao, que tiene la jeta dura, corre la pelleja a la Administración y le echa la culpa a la víctima, o sea, a los picoletos: “Fue un error de la Guardia Civil”, dirá, por ejemplo, engordando con esa frase la larga lista de grandes criminales españoles, encabezada por usted, ciudadano derrochón, causante de la crisis, seguido del maquinista del tren, el conductor del metro, la enfermera del ébola, el capitán del Prestige, el piloto de Yak, los estibadores, la herencia recibida, la prima de riesgo, el espíritu de la lluvia o la burbuja inmobiliaria por citar algunos.



A ver si el señor ministro del Interior o el señor director general de Tráfico, que se les ve serios y gente de orden, hacen algo para erradicar el timo de la democracia. Va siendo hora.



 José Antonio Illanes






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