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martes, 11 de agosto de 2015

El Pazo de Meirás, un gran robo de Franco y su clan al pueblo gallego




 Fue un expolio en toda regla, propiciado por las autoridades franquistas en 1938 para dotar al general Franco, jefe de los ejércitos de España de un lugar de "merecido" descanso. Se eligió el Pazo de Meirás pagado por el entonces paupérrimo pueblo gallego. Hasta hoy



Mediante enlaces matrimoniales varias propiedades pasaron a manos de los Pardo de Lama, y mediante herencia llegó a manos de la célebre escritora Emilia Pardo Bazán, que emprendió la construcción de una edificación llamada el Pazo de Meirás.. Después, la propiedad quedó en manos de su hija Blanca Quiroga de Pardo Bazán y de Manuela Esteban-Collantes, viuda de Jaime. Las dos decidieron donar el Pazo a la Compañía de Jesús con una serie de condiciones que no fueron aceptadas por éstos.



 Entonces, en 1938, las autoridades franquistas coruñesas decidieron ofrecer el Pazo a Francisco Franco como residencia veraniega, por lo que se constituyó una comisión con el fin del acondicionarlo y recaudar el dinero necesario para el regalo. La torre y los principales motivos ornamentales del Pazo de Bendaña en Dodro fueron trasladados al Pazo de Meirás. A las propiedades iniciales que correspondían al Pazo, se le añadieron algunas cercanas expoliadas por las “autoridades”



La Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña continúa ahora con su labor histórica de difundir las coacciones, amenazas y detenciones a las que los ciudadanos de la comarca fueron obligados a donar dinero para comprar el inmueble y regalárselo al dictador. La Comisión dice que “todos conocían la criminal represión de la dictadura franquista y sabían que negarse a esas peticiones podría traer graves consecuencias, incluida la muerte o la cárcel.. Estamos, por tanto, ante un auténtico robo, que justifica totalmente la petición que hace la CRMH de devolución del Pazo de Meirás al patrimonio público”.



La Asociación Cultura Aberta de Carral consiguió los documentos que ejemplifican la manera en la que se realizaban estas coacciones. La llamada Junta Pro-Pazo del Caudillo enviaba una carta a los alcaldes que reproducimos literalmente no sin cierta aprensión . Es algo que puede chocar en los oídos de la gente normal de hoy, pero es historia:


“La iniciativa de regalar al providencial Caudillo de los victoriosos ejércitos españoles, Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde un Pazo situado en la tierra que le vio nacer y, que en los próximos futuros días de paz, sea el lugar de descanso de la ingente tarea del Gobierno del Nuevo Estado de esta España Imperial, forjada por el valor de nuestros soldados guiados por su clara y gloriosa inteligencia, ha sido acogida con tal entusiasmo, que fueron muchas las personas que se han dirigido a esta Junta-pro Pazo del Caudillo, exponiendo el deseo de colaborar en la realización de tan feliz idea.


“Adjunto tenemos el gusto de remitirle un paquete, conteniendo los impresos: Los pliegos para la recogida de firmas, hojas para confección de listas. (Las personas que no sepan firmar, deberán ser anotadas en una casilla con su nombre y apellidos), estaban previamente prefabricados por la Falange.”



“Nos permitimos indicarle la conveniencia-seguía el escrito franquista- de nombrar comisiones de dos o tres personas de significación en la localidad, quienes se encargarán de visitar personalmente a sus convecinos, pudiendo ser varias estas comisiones, a fin de realizar esta labor rápidamente“.



El alcalde de Carral, Laureano Núñez Rivas, convocaba al Jefe Local de Falange, a maestras y maestros del ayuntamiento y a seis párrocos para una reunión el 19 de mayo 1938 “al preciso objeto de tratar sobre un asunto de excepcional importancia patriótica”. El 21 de mayo de 1938 quedaban constituidas las Juntas Parroquiales Pro-Pazo del Caudillo de Paleo, Cañás, Quembre, Sergude, Sumio, Tabeaio, Veira y San Vicente de Vigo. En cada comisión, formada por tres personas, participaban maestras o maestros, párrocos, concejales y falangistas. En el acta firmaban todos ellos bajo un texto que decía: “Quedamos enterados y prometemos cumplir bien nuestro cometido”.
Cumplieron las instrucciones y, después de visitar casa por casa a los vecinos, la recogida de las aportaciones voluntarias fue un éxito



. 819 familias pagaron ese impuesto revolucionario y donaron 4.385 pesetas para que “el invicto Caudillo Franco pueda venir a descansar, en la tierra que le vió nacer, de la ingente tarea de conducir los Ejércitos Nacionales a la Victoria”.


Sucedía todo esto en el ayuntamiento de Carral, donde muchos vecinos fueron asesinados por los fascistas durante la sublevación militar de julio de 1936 y númerosos cadáveres aparecieron por entonces sin enterrar en las cunetas de sus parroquias.



En el Ayuntamiento de Oleiros, próximo a Meirás, se conservan todavía los papeles en los que se requería al ayuntamiento su colaboración para recaudar el precio del pazo. Los gallegos, "tanto pudientes como sin caudal", iban a pagar la finca. Incluso a los funcionarios se les quitaba parte del sueldo para el "regalo".







Suscriptor o rojo: los archivos municipales guardan la suma que se entregó. Fueron 9.000 pesetas, una fortuna en plena guerra y en una Galicia paupérrima. Las aportaciones iban desde los 25 céntimos hasta las 400 pesetas, una cfortuna para los donantes “voluntarios“.



Algunos, que no tenían nada que dar, tuvieron que entregar joyas familiares. Anillos de matrimonio,   pendientes y medallas figuran entre las aportaciones hechas en el pueblo. "Si no estabas en esos listados eras rojo con todo lo que significaba", cuenta el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane.
El Pazo duplicó su tamaño con las tierras anexas que los vecinos vendían bajo coacción o los conseguían con la simple “requisa“. La propietaria de la casa de baños, cercana a la finca, fue detenida, encarcelada y rapada al cero por una tímida negativa. Naturalmente accedió a dar lo que tenía. Carlos Babío, sobrino de una afectada recuerda el miedo de su tía. "Nadie te avisaba. Cuando el muro que rodeaba el Pazo avanzaba en extensión, te dabas cuenta de que pronto no tendrías casa", lamenta.



Don Juan Carlos de Borbón es culpable de no haber devuelto el Pazo de Meirás a sus legítimos dueños


Antes de morir Francisco Franco, dictador de España entre 1936 y 1974, dejo "atado" bien el tema de la Monarquía, y la Iglesia española y el futuro sobre todo el pueblo. Su sucesor ha cumplido con su mandato.  



Hace 38 años, el 20 de noviembre de 1975, la familia Franco perdió todo el poder político al morir su cabeza. Pero todo estaba "bien atado". -Y además el Generalísimo lo dijo antes de irse.  Su familia retuvo íntegra su enorme fortuna.  Francisco Franco, dejó en su testamento político como heredero en el poder a Juan Carlos de Borbón. Era un  icono, porque  los Franco como dejaban de ser la primera familia entre los más poderosos de España, en ciertos círculos pasaban a ser malas compañías, y necesitaban alguien. Estaba previsto. Lo cierto es que la democracia, y en especial el Rey, en la Transición y después les ha tratado infinitamente mejor de lo que el dictador trataba al ciudadano de a pie, no adicto al régimen.



La viuda de Franco, Carmen Polo, cobró hasta su muerte una pensión superior al sueldo de los presidentes Adolfo Suárez y Felipe González. Su única hija y su marido disfrutaron de pasaporte diplomático hasta que caducó en 1986. El Rey Juan Carlos les obsequió con un nuevo título nobiliario: el ducado de Franco con carácter hereditario y un ducado en el Principado de Asturias. Hacienda no investigó ni investiga sus cuentas. No fueron enviados al exilio, ni su fortuna fue confiscada, ni se les interrogó, como ocurrió generalmente con las familias de otros dictadores. Los bienes que Franco había recibido como jefe del Estado, quedaron automáticamente en manos de su familia y no pasaron al estado español. A diferencia de los descendientes de Pinochet (procesados por malversación en 2007), nadie molestó a los Franco.



El capítulo del robo del Palacio de Meirás no ha terminado por culpa no solo del PP sino de otros partidos democráticos





Por supuesto, las propiedades siguieron perteneciendo a los herederos de la familia del dictador. Precisar hoy su patrimonio sería complejo. Carmen Franco queda al frente de varias sociedades domiciliadas en su propia casa de la calle de los Hermanos Bécquer (Madrid). Allí se gestionan alquileres de pisos, se explotan estacionamientos y edificios se realizan múltiples actividades inmobiliarias y financieras, como Fiolasa, Montecopel, Sargo Consulting o Centro de Agentes Unidos del Calzado Español, etc... Algunas se crearon por los Franco en la Transición, otras se arrastran desde los opacos tiempos del régimen. Son todas superlegales. Prohibido molestarles.



El Pazo de Meirás también siguió siendo propiedad de los Franco, pero  un movimiento popular encabezado por la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña, que reclamó la devolución de las propiedades del Pazo al pueblo y declararlo Bien de Interés Cultural (BIC), tropezó con la férrea oposición de los herederos de la familia Franco, que no autorizaron la entrada de los técnicos de la Xunta para su evaluación, por lo que tuvieron que acudir a los tribunales con objeto de conseguir la autorización.



Ocurrieron mil cosas esotéricas en la familia de los Franco aunque fueran dos mil, la Transición permitió que pasaran. Dejó inexplicablemente a los Franco hacer lo que quisieran. Ponemos sólo un ejemplo casi chistoso: la madre del clan fue sorprendida en la aduana  de Barajas cuando trataba pasar ilegalmente una colección de monedas de oro e insignias, todo ilegal con destino Suiza. Doña Carmen juró en rueda de prensa que iban destinadas “a un reloj“. Un tribunal la exoneró de pagar una multa por contrabando de 6 u 8 millones de pesetas.



Para Mariano Sánchez Soler, el periodista que mejor conoce el devenir de los negocios de la familia (publicó un libro, Los Franco S. A., ), las propiedades de los Franco superaban con creces los mil millones de pesetas en 1975. Los Franco vendieron varios inmuebles, incluido el palacio del Canto del Pico o el chalé que Carmen Martínez-Bordiú traspasó a los embajadores de Venezuela por 150 millones de pesetas. Otra estimación de su fortuna fue ofrecida por Joan Herrera (IU-Iniciativa per Catalunya Verds) en el Congreso de los Diputados el 25 de septiembre de 2007: "Con un sueldo de humilde general con que Franco se alzó contra la república, ahora la familia atesoraba un parei8monio de más de 60.000 millones de las antiguas pesetas". Herrera presentó una iniciativa para reclamar un inventario de las propiedades en manos de los Franco que eran, en realidad, patrimonio del Estado y solicitó que se estudiasen las vías jurídicas para recuperarlas. "La gente que no entiende cómo la familia Franco puede tener tanta fortuna y el Estado se quede de brazos cruzados, es mucha.


Debemos intentar recuperar lo que era del Estado y que se ayude a la Xunta a conseguir recuperar el Pazo de Meirás y hacer una auditoría". Obviamente esto no ha prosperado. Recordemos que Franco dejó encargado del bien de su familia directamente a Juan Carlos de Borbón a quien designo su sucesor.



La Xunta confiaba en que la familia de Francisco Franco, hoy encabezada por su única hija, Carmen cumpliera siquiera con su promesa de permitir el acceso al Pazo de Meirás, la residencia veraniega del caudillo con que le obsequió "el pueblo de A Coruña" en 1938. Esa inspección del interior de la propiedad, que incluye más de seis hectáreas de finca y el singular castillo de tres torres rectangulares construido por encargo de la escritora Emilia Pardo Bazán, en 1893, es imprescindible para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) que la Xunta prepara desde hace años y que reclamó oficialmente el Ayuntamiento de Sada, donde está enclavado el edificio. Doña Carmen Polo permitió por fin abrirse al público cuatro días al mes, o sea el Pazo y sus jardines, donde Franco pasó con su familia  36 veranos.

  
Pero se opuso a la solicitud de declaración del Pazo como Bien de Interés Cultural esgrimida por el llamado Partido Democrático Sada Popular, liderado Ramón Rodríguez Ares, alcalde durante 28 años, Ares era empleado de una farmacia cercana. que llevaba a Franco y a su familia las medicinas, que pedían por teléfono, a cualquier hora del día o de la noche.


La propiedad de Meirás, registrada a nombre de la esposa de Franco, Carmen Polo, fallecida en 1988, estaba cerrada a cal y canto casi todo el año. Y sigue siendo el lugar de veraneo habitual de Carmen Franco, de su hija y familia. La Xunta aún confía en que finalmente los Franco abran definitivamente las puertas sin tener que recurrir a medidas más extremas, como la de abrir un expediente o incluso a un requerimiento notarial.






La familia Franco presume del Pazo de Meirás en las revistas del corazón. ¡Hola! acaba de publicar una portada donde la nieta del dictador, Carmen Martínez-Bordíu, posa en la entrada de la que había sido residencia de Emilia Pardo-Bazán –posteriormente robada al pueblo de Sada por el franquismo– para "anunciar su ruptura matrimonial" en una "exclusiva" en la que la revista destaca su entrada "por primera vez" en la "histórica casa familiar", aunque ! Hola¡, lo hubiera hecho tranquilamente en los días del dictador de haber querido.



No es Martínez-Bordíu el único miembro de la familia del dictador que ocupa en estos días de agosto habita en el Pazo sadense. El palacio suele ser utilizado como refugio de vacaciones tanto por su hijo, Luis Alfonso de Borbón, como por su familia y numerosos amigos, que ocupan el inmueble durante casi todo el mes. Casi todo el mes, excepto, según se aclara en el teléfono del llamando al cual se puede reservar plaza para las escasas visitas guiadas permitidas, en los  cuatro días y fechas, en las que el clan de los Franco acordó con la Xunta facilitar la entrada del público.



Según el responsable de organizar estas visitas, ya no quedan plazas para el recorrido guiado de esos últimos cuatro días de agosto, aunque advierte de que "pocos espacios se pueden ver ya hoy" del Pazo. "Viene más gentuza a estropearlo todo que a visitarlo", argumenta quien asegura también que ya no se puede acceder a la planta superior ni a una de las bibliotecas.



Porque a pesar de haber sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y tras determinarse su apertura al público hace  tres años, la familia Franco siempre puso trabas al cumplimiento de la ley que le obliga a abrir el inmueble al menos cuatro días al mes. Fue hace casi dos años cuando los herederos del dictador facilitaron un calendario de visitas, después de reclamarle a la Xunta que sufragara los gastos de seguridad y de organización, como así hizo durante mucho tiempo, . Pero el Gobierno de Núñez Feijóo, que en un principio parecía dispuesto, dijo "no tener intención" de pagarles la seguridad.






Antes, y desde que el Pazo fue declarado Bien de Interés Cultural, los convenios no solo se limitaron a "regular las condiciones para el desarrollo de las visitas", tal y como afirmaba la Xunta. Además de esto, tres acuerdos entre el Gobierno gallego y la familia del dictador tuvieron un impacto de más de 50.000 euros en las arcas públicas. El primero de estos convenios, firmado para poner en marcha las visitas a las que obligaba la declaración del Pazo como BIC que había promovido el bipartito, implicó un gasto de 9.513 euros para pagar un servicio de seguridad privada aunque, admitía entonces la propia Xunta, la Ley de Patrimonio Cultural no "obligaba" a hacer tal aportación económica.





En agosto de 2011 Cultura pactaba con los Franco una addenda al convenio inicial que implicaba sumar 23.000 euros para esa misma finalidad. Como informaron los medios, en la primavera de 2012 salía a la luz un tercer acuerdo, en esta ocasión por importe de 21.200 euros, por lo que la Xunta seguía asumiendo los gastos derivados de la seguridad y de los guías de las visitas. En total, por lo tanto, el gasto ascendió a 53.713 euros que salieron del erario público y no del bolsillo de los Franco.
Manuel Monge, miembro y ex presidente de la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña (CRMH), asegura que el Pazo, a pesar de la presión ciudadana y de las peticiones para que se convirtiera en un espacio "de memoria y paz" para el pueblo, "sigue estando totalmente controlado por la familia Franco". Además, se queja de las gestiones de las visitas, que, según aclara y contradiciendo la información que se proporciona desde el teléfono de reservas, "son escasas y están casi paralizadas". "Incluso la hostelería de la zona se queja porque lo que podía ser una fuente de ingresos por la llegada de visitantes, no lo es", asegura.





No obstante, Monge va más allá y vuelve a censurar la ostentación y vanidad con que la familia Franco presume de unas propiedades "conseguidas a través de la coacción y expropiación de fincas o del robo de las nóminas de los trabajadores". "Se sigue sin romper con el franquismo porque ni los gobiernos del PP ni los del PSOE fueron capaces de acabar con esto, por ecir lo menos. En ningún país europeo o quizás del mundo se podría dar semejante situación: imaginemos a los herederos de Mussolini o de Hitler presumiendo de casas o palacios en las portadas de las revistas", explica quien recuerda que el Pazo de Cornide, en la ciudad de A Coruña, está en una situación similar y también es empleado por la familia del dictador para pasar estancias veraniegas. "Es un claro incumplimiento del espíritu de la Ley de Memoria Histórica", insiste.



Y esta es la España del PP heredera del que nos salvó del comunismo, ateo y bolchevique. Aunque afortunadamente no resucitó al tercer día, pero sus sucesores están vivos para fabricar crisis, hambre, paro, corrupción. ¡Basta ya!


 http://globedia.com/pazo-meiras-robo-franco-clan-pueblo-gallego







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