González: ese dios que un día fue presidente
Es increíble hasta dónde pueden llegar algunos altos jerarcas, que
llegan a pensar que el mundo no puede prescindir de ellos, por mucho que
lo intente. La divinidad hecha hombre hace que esos dioses humanos se
crean imprescindibles.
Ahí está Felipe González –un día tendremos
que pensar y normalizar seriamente cuáles son las tareas de un
expresidente, porque siguen creyéndose los reyes del mambo. Al menos
Aznar y González— que debe haber pensado que el mundo no le hace
justicia y por lo tanto se la debe hacer él mismo, para así perdurar por
los siglos de los siglos.
A tal fin, González ha decidido crear una Fundación,
con su nombre, cuyo objetivo es estudiar su obra y su figura. Sí, tal
cual, él mismo, constituido en juez y parte ha decidido que su vida
tiene un interés para todos y que él debe hacer lo posible para que ese
doloroso camino que ha recorrido, sacrificándose por todos nosotros, lo
conozcamos todos.
Es
tremendo y lamentable ver cómo hay individuos cuyo ego es capaz de
llegar a montar tales dislates.Y es que no tienen pudor, han perdido la
vergüenza y creen estar por encima de todo.
Si grave es ver cómo
presidentes –hablo de Aznar y de González, los otros no han jugado esas
cartas, por fortuna— terminan enfermos de poder y son incapaces de
volver a su vida normal, sin alharacas ni ruidos, más grave es ver que
además todo esto nos cuesta dinero.
Porque, si González quiere
montarse un chiringuito megalómano, para su mayor gloria, donde se le
reconozcan sus “preciadas dádivas” a la patria --Aznar ya lo tiene
montado--, no debería ser con dinero público. Sin embargo, las
Fundaciones se financian fundamentalmente con nuestro dinero, también
ahora que estamos en crisis.
Y aunque sólo fuera por evitar gastos
debería retener esas ansias ególatras y retirarse a un monasterio, donde
podría cantar gregorianos y así gastar esa adrenalina que le está
aniquilando el sentido común.
Pero, en fin, como imagino que
González no cambiará de idea y seguirá pretendiendo que le alabemos por
todos sus sacrificios y esfuerzos, yo propongo que, ya que esa juerga
megalómana la vamos a pagar los ciudadanos, que nos deje participar y
así podamos ayudarle a recordar ciertos eventos que provocó cuando era
presidente en activo, no vaya a ser que se le olviden, ya que todos
sabemos cómo la memoria disminuye y se hace muy selectiva con la edad.
Con
el fin de ayudar a los objetivos de dicha Fundación, ya inscrita, que
son analizar la figura del expresidente y promover la democracia, yo
estoy dispuesto a ayudar a ambas cosas. Y aunque podría llenar su
biografía de detalles que recuerdo –algunos con terror, es lo que tiene
haber vivido durante su reinado—. con el fin de participar a lograr los
fines que propone, voy a sugerir al dios González que se estudien e
investiguen los siguientes cuatro puntos:
- La primera gran mentira de la democracia: “De entrada, no” (entrada en la OTAN)
- La primera huelga general, convocada por los sindicatos, entre ellos el suyo –UGT— (14-D de 1988)
- Su reforma laboral que contribuyó a crear los contratos basura y legalizar las empresas de contrato temporal.
- La reconversión industrial que llevó a malvender grandes empresas públicas
Podría haber recurrido a otros temas como el GAL, FILESA o el caso Roldán, que debería estudiar la Fundación. Y más, pero para qué seguir.
Me temo que se investigará sólo lo que convenga, lo positivo, porque se trata de ensalzar al expresidente, de dedicarle loas y de demostrarle nuestra eterna gratitud.
De ahí que haya creado esta Fundación de la que es juez y parte. Naturalmente, viviendo de subvenciones, o sea que ensalzará al líder y disparará salvas por él, eso sí, con pólvora ajena.
Salud y República
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