Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


domingo, 18 de agosto de 2013

Urdangarín se irá de rositas

undangarim MangoTal cual. Ni más ni menos. Y mañana nos dirán que la Justicia es igual para todos. Una frase hecha que en boca del rey produce urticaria, por falsa e hipócrita. Aunque luego dirán que todo es legal, que es normal, que lo criticamos porque somos antimonárquicos.

El caso es muy claro. El fiscal superior de Baleares habla de un posible pacto con Urdangarín. Lo que empieza a sonar como indicio de lo que va a pasar. Que no nos tomen por tontos. Ya sabemos cómo va a terminar la historia.

Porque basta para pactar que el duque empalmado colabore ¿? con la Justicia y decida ser bueno. Y yo, que soy, como todo el mundo sabe, un rabioso antimonárquico incendiario, pienso que colaborar con la Justicia sería devolver el dinero y pagar el delito con la cárcel. Pero, si quieren ustedes apostamos. Este indeseable delincuente real no devolverá los once millones que ha robado ni de coña y no pisará la prisión.





 Eso sí, confesará su dolor de corazón por los hechos cometidos y hará propósito de enmienda.

O sea que ya saben ustedes que pasará. El pobrecillo se arrepentirá, devolverá, si acaso, lo mínimo indispensable, le condenarán a menos de dos años –lo que conlleva que no ingresará en prisión-- y volverá al reino de los perdonados. Luego, alguna multinacional –en aras de sus hábiles servicios de relaciones públicas utilizando su realeza— le fichará por un pastizal en una de sus sedes en el extranjero y a vivir que son tres días. Y refugiado en su ducado real volverá a ser feliz con su maravillosa familia.

Maravillosa solución a un grano infectado que le había salido a la Monarquía. El fiscal presionará al juez Castro hasta que consiga el pacto. Porque de ello se ha encargado ya el faraón Gallardón, de quien como sabemos depende el fiscal general del Estado, jefe del de Baleares.

Yo que llegué a pensar, en un momento, cuando fue imputada la Infanta que la Justicia funcionaba, debo reconocer que pequé de ingenuo. Aquello estaba atado y bien atado. La des-imputación empezó a mostrar por dónde iban los tiros. Hoy no tengo ninguna duda.

Mientras tanto, tenemos que seguir oyendo a la realeza, a los gobernantes, a los medios de comunicación monárquicos que la Justicia es igual para todos. ¡Y un cuerno! Desde luego si el ladrón hubiera sido un ciudadano normal hoy estaría ya en prisión preventiva y terminaría con unos cuantos años de cárcel, pero claro, ya sabemos que para que eso no ocurra hay que ser un duque empalmado o alguien de su familia.


 Es cuestión de honor. Es cuestión de sangre azul. Y Urdangarín tiene sangre pepera.


Salud y República



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